FINANCIACIÓN EXPRESS

¿Acampada?  ¿Material para talleres que viste por instagram y que sabes que solo a una persona de tu rama le saldrá como al del video?  ¿Campamento de Semana Santa en el Serengueti? Tú necesitas urgentemente financiación. ¡Pasta!

Nos reunimos entre todos los de la rama y elucubramos planes de última hora que,  sin duda,  nos darán mucho dinerito. ¿O no?

Tras un presupuesto general,  unas cuentas rápidas realizadas por tesorería con el tiempo echado encima,  y miles de planes truncados que desde el primer momento ya se presentaban imposibles, decidimos tirar por lo más original,  más inteligente, lo más «nunca visto» en ningún otro grupo: la venta de camisetas y/o chapas y/o mochilas y/o «merchandisings» varios.  (Véanse en este apartado: mecheros,  llaveros,  pulseras de la amistad y otros muchos cachivaches que a todos nos encantan cuando los compramos y que en el primer campamento de verano al que los llevamos se extravían para siempre, o hasta que el jefe de grupo comienza a hacer revisión de objetos perdidos).

Llegados al punto de haber tomado la decisión definitiva,  haber mirado impresiones al por mayor y haber considerado un inter,  un festival de la canción o grupo de WhatsApp como mejor tienda física, viene la parte más importante: ¿Qué diseño plantificamos en nuestro,  ya elegido,  objeto de venta?

¡Una flor de lis! ¡Un castor! ¡Un «no vendo galletitas,  no vendo limonada»!

Y alguien,  al final de la mesa dice: «Chicos, por favor,  que eso ya lo hemos visto demasiadas veces».

¡Ahí esta! ¡Se ha manifestado! El «artista»…  Muchas veces  «amo del pincel»,  «dios de la guitarra», o simplemente genio incomprendido.

El artista se caracteriza por sus cualidades artísticas (valga la redundancia).  Suele ser ese uno al que le salen los talleres a la primera,  se va con los castores a pintar murales con los pies,  o le encanta el perroflauteo con la guitarra y tocar cosillas del Niño de la Hipoteca o El Kanka.

El artista,  a veces,  puede ser nexo de unión entre grupos.  Sus seguidores en Twitter son principalmente «coleguis»  de los eventos,  foros y otras actividades de interacción social.

Vemos sus dibujos y sabemos,  con total seguridad,  que las camisetas de este año, híbridos entre Baden Powel y John Snow, serán oro puro.

¡Clin,  clin! El artista hace caja. El artista no busca en imágenes de google.  El artista salta a la selva con un solo lápiz y su mente llena de secretos y referencias graciosas.

Seguro que ya tienes en mente a ese artista de tu grupo… Y si no, seguro que ya tienes en mente un montón de planes para hacer con ese artista. En cuanto lo encuentres, claro. Pero, ¿te has planteado que quizás ese artista pudieses ser tú?

Déjame decirte que, efectivamente, si no lo eres ya, el artista puedes serlo tú en pocos pasos. O lo que es lo mismo; ser el héroe que ayudará a tu rama a una financiación exprés con muy buenos resultados. Seas quien seas y vengas de donde vengas tú puedes convertirte en un genio creativo.

¿Qué debes tener en cuenta para ser un buen artista?

  1. Referencias. Un artista necesita ideas frescas, necesita estar constantemente refrescándose. Pero si crees que los creativos de Coca-cola, Disney o cualquier multinacional tienen un grifo ilimitado de ideas totalmente novedosas y únicas, te equivocas. Su único truco para exprimirse el coco es mirar, mirar y mirar y después comparar, comparar y comparar. Afortunadamente, hoy en día hay una red extensísima de artistas repartidos por internet que comparten lo que saben y crecen juntos como profesionales.Si quieres hacer camisetas, busca tendencias actuales, si lo tuyo son las tazas, míralas todas.
    Pinterest, Devianart o incluso YouTube pueden ser poderosos aliados en este paso.
  1. Descarta. “¡Buah! Menuda idea que he tenido” Estupendo, guárdala donde no la puedas ver. No te quedes con la primera genialidad. Por lo general, todos habrán tenido esa primera genialidad antes que tú. Si tanto te gusta, desarróllala, dale forma, mímala… pero dale vueltas hasta que te duela el cerebro. Porque si no, caerás en el fenómeno “No vendo galletitas, no vendo limonada”. Recuerda que para innovar, necesitas descartar.
  1. Busca nuevas opiniones. Júntate con creativos, con artistas, con cabezas experimentadas… Y no te cierres a las críticas. Es un privilegio saber qué es lo que no gusta, no cala, o no llega. Pide opinión. Muchas veces, nos encariñamos de nuestras pequeñas creaciones como de bebés o cachorritos y más parecen babosas o extraterrestres de las primeras de Star Wars.
  1. Pon el precio justo. El trabajo y el esfuerzo se deben ver recompensados. Todo tiene un precio justo. Pero no caigas en la banalidad de pensar que todo precio debe ser abonado con dinero. El dinero no es más que una herramienta para conseguir objetivos. A veces, el valor de tu trabajo no se mide con una cifra; tenlo en cuenta.
  1. Disfruta y aprende. No te olvides de que el final más gratificante llega después de un camino duro. No desesperes, aprende de tus errores, rectifica, disfruta y pásatelo bien. Pide ayuda, ofrécela… No dudes de que en cuanto estés harto de tu trabajo, el resto también lo estará. Márcate ritmos y tiempo comprensibles. Un artista feliz realiza mejor su trabajo.

 

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