NICO NARANJO Y LA PATRULLA TUCÁN

Entrevistamos a Nico Naranjo, ilustrador y scout, autor del comic «La Patrulla Tucán», que tanto éxito está teniendo entre los y las Scouts, un comic para los primeros lectores que profundiza en un tema muy de actualidad como es la falta de autoestima y el comportamiento abusivo de los niños.

Cuéntanos un poco sobre ti y tu vida scout. ¿En qué grupo has estado, y cuánto tiempo?

¡Hola! Entré en los scouts con siete añitos, siendo castor, hace ya diecisiete veranos. Siempre he estado en el Grupo Scout Proel 334, un grupito muy apañado en Madrid. Este año soy «Akela» en nuestra manada y estoy como loco con los lobatos.

¿De dónde surgió la inspiración para escribir este comic?

La Patrulla Tucán no es para nada un cómic autobiográfico, pero si es una metáfora de las cosas que aprendí siendo tropero, de gente que conocí en los scouts y de experiencias vividas en los campamentos. Llevaba mucho tiempo queriendo hacer una historia relacionada con el escultismo, una especie de agradecimiento por todo lo recibido.

En el comic, mandas un mensaje muy importante contra el acoso. ¿Has encontrado en tu vida real casos de bullying y los has tenido que gestionar? ¿Cómo lo has hecho?

Creo que el bullying, desgraciadamente, no es algo inusual y que todos hemos vivido, más de cerca o de lejos, situaciones de ese tipo… El instituto puede ser un lugar inhóspito y difícil en el que desarrollarse. Los scouts intentan generar un ambiente de crecimiento, introspección y superación personal muy interesante, en el que cada chaval tiene más hueco para conseguir herramientas sociales con las que enfrentarse al día a día. En mi caso, sí viví algunos episodios de bullying, en los que tendía a hacerme pequeñito e intentar pasar desapercibido… No es la estrategia a seguir, hay que hacerse oír, empoderarse y pedir ayuda si uno está sobrepasado. No estoy hablando de hacerse el súper héroe, estoy diciendo que no se puede vivir con el miedo dentro. Como dice el jefe Garrido, el miedo sólo existe para que puedas superarlo, hay que verlo como una oportunidad para crecer.

¿Qué consejos les darías a los/las jóvenes que hoy en día quieren dedicarse a la ilustración o a la creatividad en general?

¡Que se preparen para una vida dura y satisfactoria! ¡Igual que una ruta por la montaña! Hay que esforzarse al máximo. Practicar en casa, de camino a clase, de vuelta a casa, los viernes por la tarde cuando todo el mundo esté en la calle, mientras otros juegan a videojuegos… Es un esfuerzo enorme, pero la sarna con gusto no pica. Además, os lo prometo, al final merece la pena.

¿Quién es tu ilustrador/a favorito/a?

¡Como dibujante, esa es una pregunta imposible de contestar! Hay mucha gente que me encanta y que hace cosas increíbles. Valentin Seiche, Guillaume Singelin, Violaine Briat, Rebecca Sugar, Stephane Fert… A mis alumnos de dibujo les digo siempre que escriban una lista con 50 artistas diferentes de los que estén enamorados. 50 se dice pronto, es un número muy grande. Es un paso hacia la diversidad, hacia conocer el mundo al que te quieres dedicar. No vale con tener un favorito.

Nos dejas con ganas de ver más mundo scout en tus cómics. ¿Cuál será tu próximo proyecto?

El próximo proyecto está todavía entre bambalinas, esperando la aprobación de los editores. Trabajo junto a un guionista con mucho talento, Damián Campanario. Está siendo todo un lujo currar con él. El proyecto Se llama Hijos de la Ira, es un tebeo un poco más adulto, una reflexión sobre la guerra y el trato abusivo del llamado primer mundo hacia países en vías de desarrollo. Todo envuelto en una distopía urbana y robótica. Vamos, la repanocha jajaja Los protagonistas, a pesar de todo, son niños otra vez, así que estoy en mi salsa.

¡Gracias Nico!

 

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