Día de la Felicidad
Existe un Día Internacional de la Felicidad – casualidad que es hoy XD-, 20 de marzo ¡qué cosas! Parte de la Humanidad está tan jorobada -perdonad la expresión- que en 2012 la ONU aprobó una resolución para que cada 20 de marzo nos acordemos la relevancia que debe tener la felicidad para los seres humanos, y la necesidad de su inclusión en las políticas de gobierno.
Y no creáis que fue alguna potencia del G8 quien lo propuso: la resolución fue iniciada por Bután, un país que desde principios de la década de 1970 reconoce el valor de la felicidad nacional sobre el de los ingresos nacionales y que prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto. ¡Yo quiero ser butanero! ¿O es butanés? Me da igual lo que sea, aunque sea butanero en Bután. ¡Viva Bután y su leopardo de las nieves en peligro de extinción, que es lo único que conocía de este país, además de que queda por el Himalaya y que tienen que hacer unos ‘vasicos’ de leche caliente de yak que te cagas. Fuera bromas y mientras indago sobre cómo ser ciudadano de Bután, leo que España, en la actualidad (en 1970 no era un país tan feliz como ahora, eso seguro dada la dictadura en la que estaba sumida) es el país más saludable del mundo.
Está en el top 3 de la esperanza de vida y tiene bronce mundial en cuanto a su sistema sanitario, y es el segundo que más turistas recibe -por algo será-. ¿Y en qué se basan quienes asignan estos puestos en el pódium mundial? Hay seis variables clave para el bienestar según el Informe Mundial de la Felicidad elaborado por Naciones Unidas de 2018: : ingresos, vida sana expectativa, apoyo social, libertad, confianza y generosidad.
Y, ¿sabéis qué os digo? Pues que todo esto está muy bien pero mientras el Gobierno de mi país decide si la felicidad es importante o la nueva Psicología Positiva’ desarrolla su paradigma definitivo de la felicidad y nos cuenta cómo definirlo, y si interesa o no ser feliz.
El caso es que yo soy scout – y espero que tú que me lees, también- porque para ser feliz contamos con uno de los axiomas que nos dejó Baden Powell, nuestro fundador, en su último mensaje:
“La verdadera manera de obtener la felicidad es haciendo felices a los demás”
“But the real way to get happiness is by giving out happiness to other people”
¿Cómo te quedas? Y os lo pongo en inglés porque Baden Powell era una máquina: dejó sus iniciales en esta frase, al inicio y al final: ‘But (…) people’. Me acabo de dar cuenta. ¿Soy observador o no?
Así que El Gran Juego lleva dándonos claves de cómo conseguir ser feliz desde hace décadas. ¡Cágate lorito! Así que, si eres scout y vives tu escultismo asumiendo nuestras máximas, ¡eres feliz como una perdiz, somos felices cual perdices! Sé que trivializo desde una España que es la 36ª del mundo en felicidad, pero piensa en un scout que vive en uno de los 25 países del mundo con un conflicto armado en activo en 2019. ¿Será más feliz siendo scout? Quiero pensar que sí. El escultismo es un movimiento que nos hace mejores personas porque intenta sacar lo máximo de cada persona, nos permite ser y no centrar en lo material la obtención de la felicidad. Si toda esta teoría no te funciona, un scout es tan observador que se percata de las cosas mínimas que le hacen feliz y sobrellevar el día de la mejor manera:
- Los buenos días de un castor.
- Ponerme el polo scout limpio y recién planchado.
- Que al enrollar o ‘liar’ la pañoleta-fular salga perfecta a la primera vez.
- Cumplir el horario de salida con todo el grupo camino a… ¡Buah!
- Que me cuenten unos padres brillándole los ojos qué feliz le hace a su hijo o hija ser scout.
- Ver gritar al/la guía de patrulla con todas sus fuerzas y que sus patrulleros le respondan con más fuerza orgullosos de pertenecer a … (sonríe al pensar en tu patrulla).
- Cuando me voy el último de la actividad scout sabiendo que todo ha ido bien.
- Cuando un rover finaliza su etapa y me busca para decirme que quiere ser scouter.
- Cuando no me preguntan en el campamento durante 15 días nadie: ‘Perri, ¿qué hago con la basura?
- Cuando un lobato o una lobata en un fuego de campamento pide silencio y nos cuenta su historia más maravillosa de su corta vida y resulta que la vivió el año anterior.
- Cuando me proponen ser padrino de promesa o mis ahijados scouts me paran por la calle para darme un abrazo.
- Cuando me decido a la primera con qué nudo terminar mi amarre cuadrado (Ato el cabo sobrante del ballestrinque final con el cabo del leñador inicial que he previsto).
- Cuando mi tienda canadiense al recogerla entra a la primera en su funda y creo que el 13 no es un mal número para finalizar esta relación.
¿Qué te hace feliz a ti? Deja un comentario si compartirlo te hace feliz y si has llegado hasta aquí, sonríe: me harás feliz, serás feliz. Eres scout, soy scout.