Lideresas de hoy; protectoras del mañana

Día Internacional de la Niña | 11 de octubre

Niñas y adolescentes de todo el mundo con ideas claras, compromiso comunitario y acción colectiva

A estas alturas de la vida somos muchas las que ya hemos vivido un “despertar de la conciencia” y, con gafas violetas en mano, aprendemos a identificar las opresiones ejercidas por esta sociedad patriarcal en la que vivimos. Estamos inmersas en entornos salpicados por actitudes y comportamientos machistas. En ocasiones de forma sutil y velada; en otras, explícita y encarnada. Como feministas, dedicamos tiempo y energía en explicar, reflexionar, reivindicar y a veces gritar de impotencia, pero no cejamos en nuestro empeño de querer dejar el mundo en mejores condiciones de como lo encontramos, más igualitario entre hombres y mujeres por tanto.

Sin embargo, existe a su vez, o como fruto de, otro fenómeno que genera oprimidos y opresores, privilegiados y silenciados. El adultocentrismo nos muestra la existencia de relaciones asimétricas de poder de personas adultas, tomadas como modelo de referencia y medida de lo racional, ante otras, entre las que se encuentran personas que transitan la infancia, la adolescencia, la juventud o incluso la senectud.

Estos dos mecanismos -machismo y adultocentrismo- relegan a niñas y adolescentes a un papel invisibilizado, y por lo tanto, silenciado. Violencias explícitas a lo largo del mundo en forma de abortos selectivos, mutilación genital femenina o matrimonios a edades tempranas. Pero también se presentan de forma velada a nuestro alrededor con comentarios del tipo “qué pena que sea una niña, para la próxima ya te quedarás embarazada de un niño” o “yo quería un niño pero me conformaré con la niña”.  Muchas de ellas viven además en la encrucijada de la interseccionalidad, por su origen étnico u orientación sexual. Son niñas sin rostro, nombres ni voz.

A pesar de ello, en los últimos años nos encontramos con multitud de casos de niñas y adolescentes que han liderado algunas de las reivindicaciones en áreas fundamentales de la vida a nivel mundial. Casos mediáticos y conocidos como el de Ahed Tamim, Malala Yousafzai  y Greta Thumberg. Música protesta como la de Sonita Alizadeh y luchas que continúan cual herencia como la de Laura Zúñiga Cáceres, hija de Berta Cáceres, o la de Elizabeth Wathuti, inspirada por Wangari Maathai. Pero tampoco podemos olvidar otras aportaciones realizadas en el día a día, en nuestro propio entorno. Lobatas que participan en igualdad de condiciones en una Roca del Consejo, troperas que lideran una patrulla, escultas que coordinan el desarrollo de una empresa o rovers que dan un paso al frente para ser portavoces de sus foros. Niñas anónimas, que no salen en los medios, pero que también son motor de cambio en sus familias, comunidades escolares y en el propio movimiento scout. Para mí, claro ejemplo de que la igualdad real entre niñas y niños, hombres y mujeres, se puede alcanzar.

Ámbitos como el derecho a la vida, a la educación, a un medio ambiente sostenible, a una identidad propia. Derecho a ser escuchadas y tenidas en cuenta, poniendo a las personas – y no al capital- en el centro. Niñas que ya son lideresas y emprendedoras a pesar de su edad y de las adversidades que las atraviesan. Voces que nos apelan a las personas adultas, llamadas de atención que nos recuerdan que a veces también nos equivocamos y que debemos pararnos a reflexionar y abandonar decisiones cortoplacistas. Provocaciones que nos hacen replantearnos qué tipo de mundo queremos dejar a las próximas generaciones, sin olvidar el tipo de planeta que aquí y ahora queremos habitar.

Me gusta imaginar cómo sería el día de mañana si fueran ellas, junto con sus compañeros de camino, las que nos representaran y tomaran decisiones, sin olvidar que un día fueron niñas pero a pesar de ello se las tuvo en cuenta. Ya hemos comprobado que si tienen las herramientas y espacios adecuados, si somos capaces de retirar los obstáculos de su camino, podremos entender que ellas también son la energía necesaria que alimenta el fuego del compromiso y la acción por hacer de este un mundo mejor.


Salomé Preciado Corresponsal Scouts de España


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