Día Mundial del Autismo

Ver el mundo desde una perspectiva diferente

 

En mi vida profesional conocí 3 niños, entre los 2 y los 4 años, con autismo. Los tres eran únicos. Rodrigo* era sonriente, alegre, le gustaba jugar con autitos y construir con bloques. Mateo*, aunque solía llorar mucho, tirarse al suelo y patalear; era muy ordenado y disfrutaba de los cuentos. Esteban* mantenía conversaciones, hacía bromas y le gustaba mirar los colores por la ventana. A las familias de estos tres niños les dieron el mismo diagnóstico: tienen autismo. Entonces, ¿qué diferencia a uno del otro?

¿Qué es el autismo/TEA?

Según la página web CuidatePlus, “los trastornos del espectro autista (TEA) se encuadran dentro de los trastornos del neurodesarrollo y se caracterizan por las alteraciones relacionadas con la comunicación y la interacción social, así como por presentar intereses fijos y conductas repetitivas”.

El 2 de abril de 2007 fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, con el objetivo de crear conciencia en la población para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA y fomentar su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad (familiar, laboral, amistad, estudios, económico, político, fe) como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho.

¿Por qué se produce el TEA?

Generalmente, las causas del autismo son desconocidas, aunque ciertas investigaciones han demostrado que hay varios agentes que contribuyen al desarrollo del espectro. Entre ellos, se encuentran los agentes genéticos, como la inhibición del gen de la neuroligina NL1; los agentes neurológicos, principalmente las áreas del cerebro que coordinan el aprendizaje y la conducta; los agentes bioquímicos, como alteraciones en la serotonina y el triptófano; y los agentes infecciosos y ambientales, como contraer herpes genital o estar expuesta a pesticidas agrícolas durante el embarazo. Otras posibles causas también incluyen complicaciones obstétricas y el abuso de drogas como la cocaína.

¿Qué síntomas presenta? ¿Qué características tiene?

Partamos de la base que no hay dos personas con TEA iguales, ya que dependerá mucho del desarrollo personal y de los apoyos que pueda tener, así como de si presenta alguna discapacidad intelectual asociada o no. Sin embargo, algunos síntomas generales son:

  • Movimientos corporales estereotipados
  • Anomalías en la emisión, forma y contenido del lenguaje
  • Marcadas anomalías en la comunicación no verbal
  • Insistencia irracional en el seguimiento de rutinas
  • Intereses o actividades restringidos
  • Déficits en la reciprocidad social o emocional
  • Incomodidad en ambientes demasiado estimulantes, sensibilidad a luces y sonidos muy fuertes

 

De la misma manera, el TEA no tiene un rasgo físico distintivo, sino que se manifiesta a nivel de las competencias cognitivas y de comportamiento de la persona.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico precoz del espectro comienza a realizarse en las visitas a pediatría, donde los médicos observan si el niño o niña presenta signos de TEA en cada revisión. Asimismo, se realizan pruebas de cribado en las visitas de los 18 meses y de los 2 años. Si el personal médico detectase algún rasgo que les preocupe, sugerirá la evaluación completa por un equipo de expertos que puede incluir a médicos que tratan trastornos del desarrollo, psicólogos, terapeutas ocupacionales y terapeutas del habla.

Se evalúa la forma en la que la niña o el niño se comunica, su lenguaje, su forma de pensar, sus emociones, su nivel de desarrollo, su salud física, sus habilidades sociales y sus habilidades para ayudarse a sí mismo.

¿Por qué el color azul se relaciona con el autismo?

De acuerdo a la web de Acudir, “el color azul es el color que representa al mar. A veces, el mar está tranquilo y en otras oportunidades está revuelto. Lo mismo sucede en las vidas de una persona con autismo y su entorno familiar: Hay días serenos y otros más tormentosos”.

¿Por qué una pieza de rompecabezas se relaciona con el autismo?

El rompecabezas fue adoptado en 1999 como símbolo de la concientización del autismo por la Sociedad de Autismo. Esta representa la complejidad del espectro autista, mientras que el patrón colorido y las diversas formas representan la diversidad de las personas y familias que viven cotidianamente con el trastorno.

¿Cómo puedo, como persona voluntaria, trabajar con educandos con TEA?

Trabajar con menores con TEA puede ser muy gratificante, sobre todo cuando se acompaña el proceso de aprendizaje y se observa cómo se van conquistando pequeñas metas cotidianas. La palabra clave: empatía. Personaliza tu interacción con la persona con TEA.

Posiblemente necesite que le expliques tranquilamente las actividades más de una vez para reforzar las habilidades sociales y del lenguaje. Aquí entra en juego la estimulación multisensorial, por lo que es de vital importancia que te comuniques de forma oral. Si te cuesta que te preste atención, utiliza dibujos o pictogramas para comunicarte, y una vez que hayas captado su atención, verbaliza la imagen. Poco a poco mejorará la comunicación. No te olvides de fomentar la imitación o mímica para llegar a la comunicación. De igual manera, tus explicaciones de las actividades deben ser breves, claras y sencillas.

Asimismo, procura explicar de antemano qué se hará durante el día, ya que muchos pueden sufrir ansiedad por un cambio en la rutina. Acompaña esto con una clara identificación del tiempo que dura la actividad: debe tener un principio y un fin bien marcado.

Colabora con diferentes herramientas para que menores con TEA puedan realizar sus elecciones y no elijan siempre lo mismo. Acompaña los Consejos de Roca o las Asambleas con pictogramas, pizarras, fotos, palabras escritas… muestra a tu educando todas las posibilidades que hay y déjale que elija.

Potencia la interacción social con aquello que le gusta hacer. Si disfruta de hacer rompecabezas, hazlo a su lado, pero sin invadir su espacio. De esta manera, estarás captando su atención y estimulando al mismo tiempo.

También, deja que haga las cosas a su ritmo. Aunque en la vorágine de las actividades quieras ayudarle a terminar más rápido, el educando con TEA necesita su tiempo y espacio, como también saber que cuenta con tu apoyo.

Los niños con TEA tienen muchas fortalezas, generalmente son personas con una inteligencia superior a la media y, gracias a su memoria visual y auditiva, pueden aprender muchas cosas sobre los temas que les interesa. Habla con la familia para ver cuáles son esas rutinas que lo hacen sentirse mejor y permite que las haga en el grupo; por ejemplo, guardar todo el material que se usó para pintar. De esta forma, conseguirá empatizar y hacer actividades juntos. Asimismo, refuerza lo que hace bien de forma oral, con algún juego que le guste, algo tangible o comestible (siempre y cuando contribuya a hábitos alimenticios saludables).

¿Cómo puedo contribuir a la concientización?

Según la web Día Mundial del Autismo, se estima que “ 7 millones de personas tienen trastorno del espectro del autismo (TEA) en Europa. En España, más de 470.000”. Este año, la página ha lanzado la campaña ‘Puedo trabajar, puedo aprender’ con el hashtag #DiaMundialDelAutismo, donde se te invita a que te saques una foto sosteniendo un elemento característico de tu profesión y lo pongas en las redes sociales.

*Los nombres de los niños han sido modificados

 

Fuentes:

 

 

Print Friendly, PDF & Email