Día Mundial de la Salud Sexual

Este es el 10º año que se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual. El 4 de septiembre es la fecha elegida por la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS, por sus siglas en inglés -World Association for Sexual Health-) para promover la salud sexual, el bienestar y los derechos de todas las personas.

¿Qué es la salud sexual?

La salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.

Esa es la definición que nos da la Organización Mundial de la Salud.

El lema en 2020 es: «El placer sexual en tiempos de crisis por COVID-19”. La nueva situación mundial originada por la pandemia del coronavirus (COVID-19) requiere una atención especial por las medidas de confinamiento, distancia social y de higiene recomendadas para su control, así como por las consecuencias sanitarias, sociales y económicas tras la desescalada de las citadas medidas para volver a normalizar la vida.

En cada región del mundo la infección por COVID-19 ha llegado en diferente momento, con una incidencia diferente y con medidas gubernamentales diversas, pero en la sociedad habrá efectos sociales significativos en la salud sexual, en las relaciones de pareja, en las relaciones familiar, en las relaciones sociales y en salud mental, así como habrá dificultades económicas por la pérdida de muchos empleos, que serán las principales fuentes de preocupación.

La salud y los derechos sexuales son un importante problema de salud pública que requieren una atención específica en época de pandemia y, por ello, desde la Asociación Mundial para la Salud Sexual centra su atención en su protección y en la promoción de la igualdad de género y el respeto a la diversidad sexual.

Del mismo modo que las enfermedades afectan de manera diferente a las mujeres y a los hombres, la situación de pandemia aumenta las desigualdades existentes entre las mujeres y niñas, así como la discriminación de los grupos poblacionales minoritarios por cualquier condición (diversidad funcional, población LGTBIQ, inmigrantes, etc.) En épocas de crisis, como la situación de cuarentena, las mujeres y las niñas presentan un riesgo más elevado de padecer violencia de pareja, abuso sexual y violencia intrafamiliar como resultado de las tensiones crecientes en el hogar por el confinamiento. También se enfrentan mayores riesgos de otras formas de violencia de género, incluidas la explotación y el abuso sexual en estas situaciones.

La provisión de apoyo de salud mental y psicosocial para las personas, las familias, la comunidad y el personal que atiende los servicios básicos es fundamental para mantener la salud y los derechos. Los sistemas de vigilancia y respuesta deben tener en cuenta aspectos como el sexo, el género, la edad, factores de riesgo por motivos de salud, la situación laboral y el estado de embarazo.

Con protección pero sin miedo

En estos tiempos que vivimos es importante recordar que la protección individual protege a otras personas de enfermarse, que la vida debe seguir y que la sexualidad es una parte inseparable y esencial de los seres humanos. Por eso esta situación también es una oportunidad para celebrar y promover el placer sexual, para resaltar las posibilidades de acceder a una vida sexual placentera, libre de coerción, motivando a las personas a buscar resultados positivos de la actividad sexual, explorando sus cuerpos y relaciones. Si bien la transmisión y la desigualdad son aspectos importantes de una pandemia de este tipo, es importante ser consciente y no caer en un discurso higienista que empuje de manera explícita o implícita a las personas a vivir sus vidas sexuales bajo miedo y presión externa.

Los programas de salud que incorporan el placer sexual mejoran las actitudes y el conocimiento acerca de la salud sexual, la comunicación en pareja y las prácticas de sexo seguro

La Asociación Mundial para la Salud enfatiza los aspectos positivos sobre las personas del triángulo compuesto por derechos sexuales, salud sexual y placer sexual, dado que los programas centrados en el miedo, peligro, enfermedad y muerte que se asocian al comportamiento sexual a menudo producen efectos opuestos a los deseados. En cambio, los programas de salud que incorporan el placer sexual mejoran las actitudes y el conocimiento acerca de la salud sexual, la comunicación en pareja y las prácticas de sexo seguro como parte del repertorio sexual de cada persona.

Asimismo, la Asociación Mundial para la Salud Sexual insta a todos los estados y naciones a garantizar que los derechos humanos y sexuales de todos sean reconocidos y respetados, y que los derechos y el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva no sean violados por las nuevas políticas o medidas para manejar la pandemia. Los derechos humanos, sexuales y reproductivos, la igualdad y una sociedad libre y justa no deben ser sacrificados en el proceso.

Fuente: Asociación Mundial para la Salud Sexual.


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