“A mí me caló muy fuerte eso de intentar dejar el mundo mejor de lo que lo encontraste”

Alejandra Cortés es scout y ha sido galardonada como la mejor docente universitaria de España en los premios Educa Abanca.

De pequeña fue scout y, por los valores que le enseñó el Escultismo, siempre ha llevado por bandera esas ganas de dejar el mundo mejor de cómo lo encontró. Tal vez sea ese uno de los motivos por los que eligió ser docente. Y, a lo mejor por eso también, siempre ha trabajado por mejorar la educación, tanto desde la investigación y la innovación como desde su puesto como profesora en la Facultad de Educación en la Universidad de Zaragoza. Tanto es así que Alejandra Cortés acaba de ser galardonada con el premio a la mejor docente de España en los premios Educa Abanca, más conocidos como los ‘Goya de la Educación’.

 

¿Esperabas recibir este reconocimiento?

Hombre, es un poco como los Goya, se especula con qué candidatos tienen más posibilidades. Era la tercera vez que me nominaban y, el año pasado, quedé en tercer puesto. Me podría imaginar que conseguiría un buen puesto, pero no esperaba ser la primera. Estoy contenta de haberlo conseguido. Aunque no hubiera sido finalista o ganadora, mis ojos ante la educación no se hubiesen modificado. También esto es como los Goya en el sentido de que hay mucha gente que no es finalista y que es cómplice de los logros en la educación. El apoyo de muchas personas que hay detrás es fundamental.

 

¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser profesora?

Creo que, inconscientemente, siempre estuvo ahí. Tuve una mala experiencia educativa cuando era pequeña que me marcó y me hizo crecer con la idea de que no quería que nadie pasara por una situación parecida a la que yo pasé. Afortunadamente, en mi caso mis padres me apoyaron mucho. Además, yo tengo una personalidad fuerte y me ayudó a salir adelante, pero fue algo que me podría haber machacado la vida. Al igual que un médico puede cometer una negligencia, un docente, según cómo enfoque algunos comentarios o actuaciones, también puede tener una repercusión muy negativa en la vida de un niño. Tal vez no fue ese el momento en que decidí ser maestra, pero ahí quedó. Cuando más sentí que quería ser docente fue en bachillerato. Y mi primer año estudiando para ser maestra me encantó. Supe que quería dedicarme a esto, y que quería hacerlo en la universidad, por la investigación.

 

¿Cómo crees que te ha influido el ser scout a la hora de ser docente?

Me ha influido mucho. No sería la misma persona, lo tengo clarísimo. Yo empecé en scouts muy pequeña y es algo que siempre llevo conmigo. A mis hijas las metí en los scouts también y ahí siguen. A mí me caló muy fuerte eso de intentar dejar el mundo mejor de lo que lo encontraste. Hay cosas creo que solo vives en los scouts. Me ha dotado de un montón de competencias transversales, como tener capacidad de iniciativa, saber organizarme el tiempo, saber relacionarme con todo tipo de gente, ser crítica… Nosotros, como scouts, siempre hemos cuidado el medio ambiente, y no lo hemos hecho por “moda”, si no porque iba con nuestros valores y nuestros principios. Participábamos en batidas, plantábamos árboles. El Escultismo es un movimiento que siempre ha sido muy innovador.

 

Hay cosas creo que solo vives en los scouts. Me ha dotado de un montón de competencias transversales: capacidad de iniciativa, saber organizarme el tiempo, relacionarme con todo tipo de gente, ser crítica…

 

¿Sigues vinculada con el Escultismo?

Además de que mis hijas son scouts, a mis mejores amigas las conozco de los scouts. Aunque llevemos vidas muy diferentes, los amigos de scouts siempre están ahí, porque sabes que lleváis dentro los mismos valores. Ahora, cuando alguien me dice que ha sido o es scout, inmediatamente me hago una etiqueta muy positiva. Soy una enamorada de los scouts.

 

¿Consideras importante que un niño se eduque en los scouts?

Totalmente. Lo veo imprescindible. Creo mucho en la educación formal, pero soy muy defensora también de la educación no formal. En ocasiones se cree que es “de segunda”, y creo que -a parte de que son iguales- deberían ir más de la mano. Pueden complementarse muy bien. A veces he tenido alumnos que he pensado “qué iniciativa tiene esta persona” y, en cuanto he establecido un poco más de relación con ellos me he enterado de que son scouts. Hay mucha investigación sobre esto, que habla de cómo te marca formar parte de este tipo de movimientos. Es algo que condiciona los valores de un niño de una forma especial.

 

La educación formal y la informal deberían ir más de la mano.

 

¿A quién corresponde la educación de una niña o niño: a madres y padres, docentes o scouters?

Pertenece a la comunidad de aprendizaje, a todo el mundo. Está claro que al final un niño es producto de muchos contextos en los que se va formando. Yo hablo de mi hijo como mío, pero no es mío. Es de toda la gente que pasa por su vida.

 

¿Crees que la gente no scout es consciente de la labor que hace el Escultismo?

Yo creo que no tanto. Se siguen manteniendo unas etiquetas, se crean unos estereotipos que no permiten que se conozca la verdadera labor que hace el Escultismo. Alguna vez he pensado que se podría hacer una campaña para hacer llegar a la gente nuestra labor, que cale. Aunque hace un par de años estuve trabajando en las plataformas de voluntariado de Aragón para un proyecto y sentí que el movimiento scout era muy querido y reconocido. Pero fuera de ese ámbito, hay  mucha gente que desconoce la enorme labor que hacen los scouts.

 

Con motivo del 8M, me pregunto cómo podemos contribuir las y los scouts a construir un mundo más igual y feminista.

Yo creo en las personas. No tenemos que mirar si alguien es hombre o mujer, o si tiene una orientación sexual u otra, me da igual. Veo a todas las personas como iguales. Creo que en los scouts siempre se ha tratado a todos por igual. Yo he tenido scouters tanto hombres como mujeres, y siempre se ha normalizado el género. Me hacían usar el hacha o la picoleta sin importar si eras hombre o mujer, y  siempre con una naturalidad tremenda. Además, en los scouts de España siempre ha habido tanto chicas como chicos, es un movimiento que no deja fuera ni discrimina a nadie por nada.

 

Entrevista realizada por Lucía Pérez, scout del grupo Santa María 27. 

 

 

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