Las niñas en las TIC

¿Cuántas veces has buscado una biografía en la gran enciclopedia de nuestros tiempos, Wikipedia? Muchas, muchísimas. ¿Cuántas eran de mujeres? Según datos de la Fundación Wikimedia, alrededor del 15% de las entradas sobre la vida de personas son de mujeres. La misma fundación afirma que  de las personas que insertan entradas en Wikipedia (tarea voluntaria), 9 de cada 10 son hombres. Y, si nos fijamos en el contenido, miremos cuántas científicas, escritoras, médicas, abogadas… tienen en sus biografías un espacio considerable dedicado a contar que eran hijas, madres o esposas de, como si eso fuera lo más importante de su historia personal.

Esta realidad se plasma en los libros y las clases en colegios, institutos y hasta universidades, también en prensa, cine y publicidad. Faltan referentes femeninos y no es porque no los haya: simplemente, no aparecen. Sin referentes es más complicado que las niñas tengan modelos de programadoras, expertas en ciberseguridad y otras ramas tecnológicas. Por eso es tan necesaria una fecha como la del Día de las Niñas en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), que se celebra el cuarto jueves de cada abril.

La brecha digital de género

A todo lo mencionado anteriormente hay que añadirle la existencia de la brecha digital de género, que tiene que ver con el lugar en el que viven las personas, la cultura, factores económicos y, también, los estereotipos. Hace años la brecha de género tenía que ver con la diferencia en el acceso a ordenadores e Internet: las mujeres tenían menos posibilidades de acceso. Superado este momento, habilidades para usar las tecnologías causaron la brecha, basadas en las diferencia educativa. Actualmente, son los roles, estereotipos y la falta de autoconfianza causada por esos roles y estereotipos los que hacen que siga existiendo la brecha digital de género (puedes leer más sobre este tema aquí).

«La igualdad de género tiene que ver con los derechos humanos, pero también redunda en interés de todos: hombres y niños, mujeres y niñas. La desigualdad de género y la discriminación contra la mujer perjudica a todo el mundo. Ha quedado de sobra demostrado que invertir en las mujeres es la forma más eficaz de que las comunidades, las empresas e incluso los países prosperen. La participación de la mujer hace que los acuerdos de paz sean más sólidos, que las sociedades sean más resilientes y que las economías sean más pujantes. Conseguir la igualdad de género es una tarea pendiente de nuestra época», manifestó el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.

Pionera

¿Quién no ha escuchado hablar de Steve Jobs y la invención de Apple en un garaje? ¿O de cómo y por qué Marc Zuckerberg creó Facebook? Estos dos hombres involucrados en las TIC seguramente no hubieran logrado lo mismo sin una mujer que vivió un siglo antes que ellos: Augusta Ada King, más conocida como Ada Lovelace. Esta inglesa que vivió durante la primera mitad del siglo XIX y que murió joven (con 37 años) fue matemática, escritora e informática. Se acercó al científico Charles Babbage interesada por una calculadora de uso general en la que este estaba trabajando. Lovelace escribió el primer algoritmo que se conoce, para hacer funcionar esa calculadora, precursora del ordenador. Por tanto, Lovelace es considerada la primera programadora de la historia (aunque aparezca en todas partes como la hija del poeta Lord Byron).

Si enseñamos a las niñas y niños los referentes masculinos estaremos avanzando hacia la eliminación de la brecha digital de género y hacia una sociedad más igualitaria.

Algunos datos

  • Las mujeres son el 21,5% de los empleos en el sector tecnológico (según el estudio Mujeres en la era digital de Iclaves para la Comisión Europea.
  • El 46% de las mujeres que trabajan en el sector TIC europeo ha experimentado discriminación (Informe sobre Situación del Sector Tecnológico Europeo)
  • Solo el 7% de la financición recibida por empresas tecnológicas ha ido a empresas fundadas por mujeres o por mujeres y hombres (mismo informe)
  • El 55% de las personas matriculadas en universidades españolas son mujeres. Solo el 32% de ellas se matricula en carreras STEM (en inglés: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) mientras que el 68% de los estudiantes cursa estudios STEM.






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