La misión del Escultismo es contribuir a la educación de los y las jóvenes, a través de un sistema de valores basado en la Promesa y la Ley Scout, para ayudar a crear un mundo mejor donde las personas puedan desarrollarse y jugar un papel constructivo en la sociedad.

Cumplir esta misión, sin contar con la mitad del mundo, sencillamente no es posible.

No se puede crear un mundo mejor si las mujeres tienen menos derechos, menos oportunidades, menos posibilidades.

Es evidente que aún queda mucho camino por recorrer para lograr la igualdad real de las mujeres en todos los ámbitos de la vida. Las diferentes violencias machistas a las que se enfrentan las mujeres, también en ocasiones, en el ámbito Scout, algunas de ellas de las denominadas “de baja intensidad”, hacen que sea necesario un posicionamiento claro y firme a favor de movilizaciones como las que se van a producir hoy, 8 de Marzo, Día internacional de la mujer y que van a sacar a la calle a millones de personas reclamando la igualdad real y efectiva.

Siempre se ha dicho que el Escultismo es una hermandad mundial. Hoy reivindicamos que el Escultismo debe ser también una sororidad mundial. Un espacio en el que las mujeres se apoyen unas a otras, en el que se sientan seguras y puedan desarrollarse plenamente.

Demasiado frecuentemente, el fundamental papel de las mujeres en nuestra propia organización no ha gozado de la visibilidad necesaria. Mujeres que han sido fundamentales para que Scouts de España fuese pionera en sus programas educativos, en su proyección internacional, en su gestión interna y en su cuerpo de voluntariado.

Mujeres Scouts, que, desde la recuperación de la legalidad de Scouts de España, han sido, y siguen siendo parte esencial de nuestra organización y que no han tenido el reconocimiento público suficiente. Hoy también aprovechamos para reivindicarlas. Para lucir orgullosas su legado.

Nuestra organización tiene una responsabilidad también con las scouts del futuro. Con quienes hoy son castoras, lobatas, scouts… con las que algún día lo serán, y a las que debemos garantizar la igualdad real, efectiva y completa en sus grupos scouts.

Por ello, hoy, y a partir de hoy, siempre, cada día, gritamos bien fuerte: ¡que viva la lucha por la igualdad!

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